martes, 30 de octubre de 2018

Cómo fomentar las habilidades sociales y la inteligencia emocional en nuestros hijos

En el colegio de mis hijos están trabajando las  habilidades sociales y las emociones, adaptándolo a cada nivel educativo y curso. Han ofrecido a los padres una charla formativa y algunos padres, los que hemos querido implicarnos, hemos participado en las clases realizando alguna actividad relacionada.

El desarrollo emocional es básico e imprescindible en nuestras vidas y debe trabajarse desde la más temprana infancia.

Ayudar a nuestros hijos a expresar sus sentimientos de forma adecuada no es fácil, mucho menos cuando se trata de sentimientos negativos como enfado, rabia o ira. Muchas veces, somos nosotros mismos los que tenemos serias dificultades para controlar nuestros enfados, y qué os voy a contar si los enfados nos los provocan las cosas que hacen los niños.

Es muy importante hacer saber al niño que estar triste, enfadado, con ira, rabia, envidia, celos… es algo que a todos nos sucede. Los sentimientos aparecen en nosotros sin pedir permiso. La cuestión es qué hacemos con esos sentimientos. Conocer e identificar nuestros sentimientos y qué nos suscitan es necesario para poder canalizarlos y gestionarlos de manera adecuada. Negarlos o reprimirlos no es bueno y, con el tiempo, puede ser contraproducente.

Hay que dejar claro a los niños que ellos no son malos, no hay que culparles ni etiquetarles (“¡Qué malo eres!”). Lo que es malo es la expresión inadecuada de su sentimiento.

Para que los niños aprendan a expresar sus sentimientos de manera adecuada, debemos estar a su lado, hablar mucho con ellos y ofrecerles herramientas para que puedan expresar cómo se sienten.

Los pequeños lo viven todo con tanta intensidad que a veces están saturados de emociones y no son capaces de expresar con palabras qué les pasa y cómo se sienten. Por eso, sufren las rabietas que tanto nos "enrabietan" a nosotros.



Por eso, las habilidades sociales son el conjunto de conductas aprendidas que determinan la forma en que nos relacionamos con los demás: cómo decimos las cosas cuando estamos enfadados, cuando necesitamos algo, cuando expresamos lo que sentimos, etc. Los niños con habilidades sociales suelen tener una mejor autoestima, se relacionan mejor con los demás y hasta tienen un mejor rendimiento académico.

Para los más pequeños, en la clase de infantil, algunas mamás trabajamos con ellos las emociones más básicas con el libro "El Monstruo de colores", en cuya web y navegando por Internet podéis encontrar múltiples recursos. Nosotras, vestidas cada una de un color, les contamos el cuento con marionetas y luego, además de cantar y bailar una canción que encontramos en versión rockera, hicimos los botes de colores para que los utilicen en clase. Ellos además ya utilizan el "Emociómetro del inspector Drilo" otro libro que está muy bien y que amplía más emociones.




En Primaria hemos trabajado la "Flor de los halagos". Porque más allá de sus sentimientos y emociones está la percepción que tienen de sí mismos. En general les decimos más las cosas que hacen mal, pero muy pocas les alabamos las cosas que hacen bien, algunas porque damos por hecho que tienen que ser así. Un ejemplo algo exagerado: a mi me descompone que tiren el vaso de leche por las mañanas y, aunque intento mantener la calma y cada vez lo consigo más, suele estallar mi enfado. Sin embargo, nunca he pensado que podría felicitarles por no tirar el vaso y por lo bien que desayunan. Doy por echo que lo normal es que el vaso no se caiga, pero quizás es más normal que un niño pequeño tire el vaso a que desayune de forma inmaculada. 
Con esto no quiero decir que les felicitemos por cada cosa que hagan, pero sí valorarles más las cosas importantes, sus pequeños logros e intentar "fundirles" menos con las cosas que hacen mal, que las tienen muy claras.
Con la "Flor de los halagos" cada uno tenía que escribir en el centro de la flor algo bueno de él, y cada pétalo es algo bueno que cada uno de sus compañeros dice de él/ella. Realmente no es tan fácil como parece y les cuesta, sobre todo hacia algunos compañeros. Por eso hemos querido dejarles claro que cada uno de ellos es un tesoro y todos tenemos y hacemos cosas buenas, sólo hay que estar atentos para descubrirlas.



Otro recurso para trabajar con vuestros hijos si están en primaria es el libro Emocionario, también muy recomendable.

En el próximo post intentaré daros algunas ideas de qué podemos hacer los padres para ayudarles a fomentar  sus habilidades sociales, especialmente cuando se trata de manejar las rabietas y expresar los sentimientos negativos, no sólo de los niños sino también los nuestros.



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