jueves, 30 de agosto de 2018

Mi primer día de colegio


Ya casi estamos en septiembre y se acerca la vuelta al cole.

El nuevo curso comienza para todos.

Parece que para los adultos y niños mayores es más fácil retomar la vuelta al cole porque sabemos lo que sucede, pero todos necesitamos adaptarnos a la rutina, al horario, a madrugar, a los nuevos compañeros y a las obligaciones y tareas que conlleva el día a día.

Si nos cuesta a los mayores madrugar y volver al trabajo,
¿cómo no les va a costar a los pequeños la vuelta al cole?


Vuelta al cole 2018


¿Cómo afrontar el inicio escolar con los más pequeños?

Iniciar la guardería o el colegio suele ser la primera separación que se produce entre el niño y su familia, y será la primera vez que los niños tendrán que enfrentarse solos a un mundo nuevo. Sería algo así como si un adulto se va a vivir solo a un país lejano y desconocido. Con la diferencia de que los adultos tenemos más recursos y experiencias que nuestros pequeños para afrontarlo.

El periodo de adaptación es el tiempo que el niño tardará en asimilar los cambios y las nuevas actividades en su vida cotidiana hasta que consiga desenvolverse con normalidad en ese nuevo ambiente.

Es normal que se presente como un proceso irregular donde podremos observar avances y retrocesos. Por suerte, los niños tienen una flexibilidad y una capacidad de adaptación extraordinaria, lo que les ayuda a adaptarse rápidamente a cualquier circunstancia. Pero debe superar estos cambios internamente, y esto lleva un tiempo.

En los niños puede generarse un malestar que todavía no saben expresar con palabras. Podemos notarles enfadados, irritables e incluso agresivos, con cambios en el sueño o la alimentación. Todo esto es normal. Lo importante es mantener una actitud receptiva ante este malestar que se produce en ellos, atendiendo a los distintos ritmos de cada niño, pues, en caso de tener varios hijos, cada uno puede superarlo y expresarlo de diferentes maneras y no podemos compararlos entre ellos ni al mismo hijo respecto al año anterior.


¿Qué podemos hacer los padres?

Es muy importante la actitud que los padres tenemos.
Si les transmitimos tranquilidad, confianza y normalidad no tiene por qué haber ningún trastorno grave en los niños, aunque los llantos a la entrada son contagiosos y tendrán malos momentos por mucha tranquilidad que nosotros tengamos y muy sociables que ellos sean. 

Muchas veces los padres estamos más preocupados que los niños. Y es normal, porque no nos gusta ver mal a nuestros hijos, verles llorar y no saber qué hacer no es fácil. Pero nuestros temores, expectativas, nuestra seguridad o inseguridad, pueden ser transmitidos a los niños sin que nos demos cuenta, somos como un  espejo para ellos. Si el niño nos cree y confía en nosotros va a aceptar su nueva situación más fácilmente. En cambio, si le transmitimos inseguridad, ansiedad, o siente que le estamos intentando convencer de algo de lo que nosotros no estamos convencidos le va a costar más.


Algunas ideas…

Es importante prepararles e involucrarles en el proceso, pasear por los alrededores del cole y hacer una visita previa al centro para que le vaya siendo familiar, comprar juntos el material escolar, ver los libros, ir adaptando los horarios.

Y llegado el momento, evitar las despedidas largas, darles un beso, un abrazo y salir. Lo que tampoco es fácil, porque si se te abraza al cuello y te agarra como un koala no hay quien le separe. Si esto sucede, y según como sea la entrada en cada colegio, puedes alejarte un poco de la puerta, y pasear con él mientras le dices que mamá y papá volverán pronto y que dentro va a jugar y a disfrutar muchísimo, y cuando todo esté más tranquilo y no haya niños llorando alrededor, le bajamos al suelo y le llevamos de la mano a la puerta. Seguramente entrará más tranquilo. O sino la opción de que le acompañen los hermanos y entren con él también suele ser muy efectiva.

Si el niñ@ llora, no debemos decirle “¡no llores!” Y mucho menos “No llores porque mamá-papá se pone triste”. Lo que siente es real y no sabe controlarlo. Debemos acompañarles en su emoción y ayudarles a entenderlo y superarlo juntos buscando una solución. Una idea es darles un recuerdo para que les ayude a pasar esos momentos; por ejemplo su objeto favorito o una pulsera que hagáis juntos y tengáis todos una igual.


Lo importante es que el niño aprenda a adaptarse poco a poco y los padres le acompañemos amorosamente en este momento, como en cada momento de su vida.


Y vosotros, ¿cómo lleváis la vuelta al cole y el periodo de adaptación?



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vuelta al cole 2018