jueves, 27 de septiembre de 2018

DEBERES, fomentando la autonomía y la responsabilidad

Septiembre es un mes de adaptación, de toma de contacto, de retomar relaciones y por supuesto de ir cogiendo el ritmo de las actividades diarias que irán aumentando cuando, en octubre, comencemos las clases por la tarde.

En muchos colegios, 3º de Infantil es un curso muy exigente porque los niños tienen que pasar a Primaria leyendo y escribiendo. En Primaria hay libros de texto a mansalva, se comienza con el cálculo, las asignaturas en inglés y los niños deben afianzar la lectura comprensiva para ser capaces de hacer los ejercicios de clase y los ¡DEBERES!

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Cuando mi hijo mayor pasó a primaria lo que más me asustaba era pensar que iba a tener deberes. Coincidió con una época en la que los padres se manifestaban contra los deberes porque el nivel de trabajo que a los niños se les mandaba para casa era excesivo tras la larga jornada lectiva y las múltiples extraescolares que muchos niños realizan. ¡Pobres pequeños! Yo me informé, leí mucho sobre el tema a favor y en contra de los deberes, y desde mi sentido común, sin desautorizar a los educadores, no veía muy adecuado poner deberes a tutiplén. Me asustaba que fuera a tener deberes excesivos, que tuviera que pasar la tarde sentado delante de los libros, que yo tuviera que estar toda la tarde sentada con él dejando de atender a mis otros hijos y de hacer otras muchas cosas que siempre se pueden hacer. No quería ser de esas madres agobiadas por los deberes de su hijo, porque yo no había sentido que mi madre viviera así mi época escolar.

Afortunadamente en nuestro colegio en infantil no hay deberes (pese a que hay padres que en las reuniones ¡¡piden que los haya!!). Y a partir de primaria es mínimo el trabajo que los niños traen a casa. Evidentemente la cantidad de deberes va aumentando a medida que promocionan curso, pero siempre de forma razonable, adecuada a la edad y sin que sea necesaria la explicación por parte de los padres. 

En 1º de primaria tienen que leer todos los días 5-10 minutos, tiempo adecuado y suficiente; pudiendo elegir leer algo que les guste, la única forma de favorecer el gusto por la lectura. Que les manden leer me parece fundamental y necesario puesto que la lectura es lo más importante para poder comprender y trabajar todo el resto de asignaturas.
Poco a poco les van mandando hacer algún ejercicio relacionado con la lectura para que adquieran comprensión lectora y también alguna cuenta o problemas. Pero no mucho más.

Lo que quiero manifestar en este post son varias cosas.
Por un lado, mi disconformidad ante la carga excesiva de deberes de algunos colegios en edades tempranas. Hasta el inicio de primaria los niños aprenden más con el juego libre: con él desarrollan la creatividad, la imaginación y ponen en práctica todos sus nuevos aprendizajes. El juego está menospreciado porque pensamos que es una pérdida de tiempo, pero mucho más lejos de la realidad, los niños “cuando juegan encuentran retos que se ajustan a sus capacidades y es ahí cuando aprenden de verdad” (Entrevista en El Mundo a Catherine L´Ecuyer 12/11/2014)


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Por otro lado, quiero hacer un llamamiento a fomentar la autonomía y la responsabilidad de los niños. A medida que los niños crecen son capaces de ir haciendo nuevas cosas por sí mismos: comer solos, vestirse, recoger los juguetes, ser responsable de la bolsa de su merienda, recordar si tiene que llevar algo a clase y dárselo a la profe, etc. Ahora les toca ser responsables de sus deberes: de apuntarlos en la agenda, de llevar a casa lo necesario para hacerlos y realizarlos. Ellos son capaces si nosotros les dejamos hacerlo. La primera vez se equivocarán, se les olvidará, pero poco a poco aprenderán.

Las madres siempre estamos disponibles a ayudar a nuestros hijos y a solucionarles sus problemas. Pensamos… “¡Pobrecit@! ¡Es tan pequeñ@!” Pero si nosotros nos adelantamos y se lo damos todo hecho, ¿para qué molestarse si mamá lo va a hacer por mí?.
Si queremos niños autónomos y responsables no podemos hacerles los deberes (nosotros ya los hicimos cuando fuimos al colegio) ni debemos solucionarles sus problemas cuando, por ejemplo, se les olvidan las cosas para hacerlos. Lo que tenemos que hacer es ACOMPAÑARLES, ayudarles, enseñarles.

¿Cómo podemos acompañarles?


Ø Lo ideal, cuando en primaria comienzan a tener deberes, es enseñarles a usar su agenda y ser organizados. Recordarles todos los días que tienen que traerla a casa junto con los libros o cuadernos en los que tengan que realizar los deberes. Esto también se trabaja desde el cole.
A nuestro mediano le ha costado una semana saber lo que tenía que dejar en clase y entender que tenía que traer la agenda todos los días con las cosas apuntadas. Pero tras recordárselo cada días (varias veces cada uno, un poco pesados sí somos) ya ha conseguido ser capaz de interiorizarlo y hacerlo. Lo cual no quiere decir que cuando tenga deberes traiga la mochila con la agenda pero sin cuadernos. 
Ø Elegir el momento para hacer los deberes. Esto dependerá de cada familia, del número de hijos y sus edades, de las actividades que tengan por las tardes e incluso de cómo es cada niño. Muchas familias piensan que lo ideal es que nada más llegar se pongan a hacer deberes para acabarlos pronto y así tener el resto de la tarde para jugar. Pero a lo mejor tiene una extraescolar o el niño llega muerto de cansancio. Merendar y jugar un rato puede ayudar al niño a descansar y desconectar para ponerse a hacer los deberes con más ganas.
Nosotros lo que solemos hacer es merendar y quedarnos un rato jugando con los amigos a la salida del cole o vamos directamente al parque antes de subir a casa. Como en invierno anochece pronto aprovechamos el rato de sol y cuando anochece subimos a casa a hacer los deberes y a continuar con las rutinas. 
Ø Elegir el lugar adecuado para hacer los deberes. Un lugar con buena luz y una mesa amplia son fundamentales. A ser posible lejos de distracciones.
Ø Preguntarles todos los días: “¿Tienes deberes?” Y animarles a que saquen su agenda y sentarnos a su lado a que los hagan.

Pero, ¿y si no entendemos lo que tiene apuntado en la agenda?
¿Y si se le olvida la agenda o si no trae los deberes apuntados?

Muchos colegios funcionan con plataforma a través de la cual el colegio envía comunicados e incidencias a los padres y publican los deberes.
Si no entendemos lo que han escrito (lo cual es normal porque en primero de primaria todavía muchos no dominan la escritura) o se le ha olvidado la agenda podemos consultar la plataforma del colegio, sin que esto se vuelva una costumbre. Debéis dejarle claro que es una herramienta para los padres y que ellos deben responsabilizarse de hacer sus cosas bien. Sólo se puede usar hasta que adquiera la costumbre o en caso de emergencia (claro, que no sea todos los días una emergencia) El niño debe esforzarse por apuntar los deberes todos los días en su agenda, escribir legible y llevar a casa lo necesario.

Pero ¿y si no trae los cuadernos?

Si se le han olvidado los cuadernos los grupos de whatsapp de las madres funcionan de maravilla. ¡Solucionado! Basta con escribir un whatsapp de auxilio y una madre solidaria nos mandará con prontitud una foto de todas las páginas del libro, del cuaderno y de la copia de su hijo para que nuestro pequeño pueda hacer su tarea, a veces hasta con las respuestas.

¡¡NO HAGAIS ESO POR FAVOR!!

FLACO FAVOR ESTÁIS HACIENDO A VUESTROS HIJOS.

Si no han apuntado los deberes, se les ha olvidado la agenda o los libros correspondientes, al día siguiente llevarán una nota a la profesora o le explicarán lo sucedido. Ellos mismos tienen que darse cuenta de las consecuencias que supone el olvido o el despiste. Nosotras siempre podremos consultar la plataforma del colegio, pero ellos no pueden entender que este recurso, que es para los padres, les exime de sus responsabilidades. “Cómo mamá tienen los deberes en la plataforma yo me desentiendo” “Mamá, se me han olvidado los deberes, busca lo que tengo que hacer en la plataforma”. ¡Ni mucho menos!
Y qué decir de los grupos de whatsapp… “Mamá solucionalotodo” ¿También vamos a estudiar y a hacer los exámenes por ellos?
Basta una frase sencilla: “Mira hij@, un día no pasa nada, todos nos podemos despistar una vez. Mañana se lo explicas a la profesora y cuando tengas un rato los haces en clase o los hacemos mañana en casa. Seguro que mañana estás más atento y no se te olvidan”.
Cuando yo era pequeña mi madre no sabía los deberes que yo tenía si yo no se lo decía. Si yo no era responsable, al día siguiente tendría que dar una explicación a la profesora. Una responsabilidad que si no se la fomentamos desde ahora, desde primero de primaria, no vamos a poder exigirles que lo sean cuando estén en 5º de primaria o en la ESO.
La profesora conoce a los niños, sabe que no están acostumbrados, sabe si son despistados, y ella, como nosotros, les recordará que apunten los deberes en su agenda, y la metan en la mochila con todo lo necesario. Pero tenemos que ayudarles en esta tarea desde el principio.


¿Cómo hacer los deberes?

Como os he dicho antes, los deberes son de ellos no nuestros, por eso los tienen que hacer ellos.
Aquí os doy algunas ideas que a mí me parecen fundamentales y a veces no hacemos.
· ELLOS LEEN LOS ENUNCIADOS, no nosotros
Sino ¿cómo van a aprender a leer, coger velocidad lectora y comprensión?
· Nosotros les preguntamos QUE NOS DIGAN QUÉ HAN ENTENDIDO Y QUÉ TIENEN QUE HACER. Nosotros les ayudamos en caso de que tengan dificultad para comprender lo que leen. Para ello les pedimos que lo vuelvan a leer más despacio entendiendo cada palabra y cada frase.
· ELLOS RESUELVEN. Si vemos que se equivocan, NO CORREGIMOS, no les decimos dónde está el error. Nosotros les preguntamos “¿Estás seguro? Repásalo”. “Míralo bien” Si está seguro debe dejarlo así, en clase al día siguiente van a corregir los ejercicios con el profesor. NO TIENEN QUE LLEVAR LOS DEBERES CORREGIDOS POR NOSOTROS. El momento de corregir los ejercicios en clase es el momento para afianzar los conocimientos y solucionar las dificultades que tengan. Si llevan los ejercicios perfectos el profesor va a pensar que ya se lo sabe y el niño no va a tener opción a preguntar sus dudas.
· NO INTERFERIR EN EL MODO DE SOLUCIONAR LOS EJERCICIOS. Os iréis dando cuenta que, sobre todo en matemáticas, la forma de enseñar a calcular es diferente a como nosotros lo aprendimos. Si nosotros intentamos enseñar al niño a “nuestra forma” lo único que hacemos es liarle y confundirle más. Yo recuerdo que me enfadaba con mi hermana cuando intentaba enseñarme a calcular algo de determinada manera y yo le decía que no, que así no era cómo me lo habían enseñado en el colegio. Este punto es importante para recordarnos que ES EL NIÑO EL QUE HACE SUS DEBERES, no nosotros.

Deberes y autonomia
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Poco a poco el niño adquirirá la autonomía suficiente para que nosotros no tengamos que estar todo el tiempo sentados a su lado. Podrá hacer los ejercicios cerca de donde estemos para que si tiene dudas pueda avisarnos.

Me recuerdo haciendo los deberes en la mesa de la cocina mientras mi madre cosía. Con el tiempo pasé a hacerlos en mi habitación, sola y en silencio. Yo no recuerdo a mi madre sentada a mi lado diciéndome lo que tenía que hacer, pues ella, como la mayoría de su generación, sus años en el colegio fueron bastante más limitados que los nuestros y no fueron a la universidad. No podía ayudarme con el inglés, las ecuaciones ni la formulación, hasta la geografía había cambiado. Nosotros somos una generación universitaria, mucho más preparados y formados académicamente, pero eso no quiere decir que tengamos que eximir a nuestros hijos de sus responsabilidades y obligaciones.

Lo importante es hacerle entender la importancia de ser responsable de sus cosas y de sus trabajos. Que reconozca y experimente el gusto por aprender, por tener sus cosas ordenadas, realizadas con limpieza y se sienta orgulloso de ello. Esto es el ideal, claro. Lo importante es que cada familia trabaje personalmente con su hij@ partiendo de cómo es.



Y tú, ¿cómo vives los deberes de tu hij@?


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jueves, 20 de septiembre de 2018

Extraescolares: el arte de saber elegir

Con la vuelta al cole las actividades EXTRAESCOLARES son otro tema que a los padres nos da algún quebradero de cabeza y en estos primeros días de curso no hacen más que llegar propuestas de todo tipo, cada vez más abundantes y variadas. 


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Retocada de Freepick
Me parece un tema difícil de abordar sin herir sensibilidades. Viendo a los niños de hoy en día, me resulta espeluznante el estrés y las obligaciones a las que les sometemos desde que son muy pequeños. La mayoría de nosotros en nuestra época escolar hemos realizado alguna actividad extraescolar, pero actualmente parece que tener que realizar estas actividades es una obligación o un "menos" si no las haces. ¿Por qué? 


¿Apuntándoles a más extraescolares, a cuál más extraña y singular, les vamos a dejar mejor porvenir? 

¿Les van a hacer más listos y capaces para desarrollar su intelecto en el futuro? 

¿O simplemente nuestro horario laboral es tan extenso que hay que cubrir nuestra ausencia apuntando a nuestro hijo a este tipo de actividades?

A mí es un tema que, cada vez que me lo planteo, me causa cierto malestar. Por un lado me parece fenomenal que alguno de mis hijos quiera y elija hacer una extraescolar. Por otra, me parece que este tema a los padres se nos va de las manos. 

En nuestro caso particular, con 3 hijos, la gestión familiar y cuadrar los horarios con todos ellos apuntados a actividades extraescolares es misión imposible. Además el tema económico es importante, no hay familia media que lo resista. Sin embargo, creo que no son los puntos más importantes, porque si es bueno, útil y necesario se hacen los sacrificios que hagan falta


Pero… 
¿Es realmente necesario que los niños realicen alguna actividad extraescolar?
¿Y si una familia no puede apuntar a su hijo a idiomas o a robótica? 
¿Ese niño se va a quedar atrás y va a estar menos capacitado? No sería justo.

Debemos hacernos algunas preguntas fundamentales antes de apuntar a nuestros hijos a actividades extraescolares:
  • ¿Cuál es el criterio para elegir una actividad extraescolar?
  • ¿Las eligen los niños o las elegimos los padres?
  • ¿Cuántas actividades extraescolares debe realizar un niño?
  • ¿Es necesario aprender un idioma, tocar un instrumento, practicar un deporte y etcétera, etcétera, etcétera?
  • ¿Debemos elegir las extraescolares por gusto (es algo que le encanta, le apasiona y tiene cualidades para ello), por obligación (“para ser alguien en la vida debes saber varios idiomas” proyectando en nuestros hijos lo que queremos que sean o consigan más allá de su felicidad) o por necesidad (mi hij@ tiene dificultades en esta materia y necesita reforzarla o es que tenemos que tenerle ocupado mientras nosotros trabajamos)?

Lo primero que me parece importante es que deben elegir las extraescolares en función de sus gustos, aficiones, intereses, capacidades... y hasta que inician la primaria son muy pequeños para decidir eso. Hay a niños que ¡todo les encanta!
Cuando el niñ@ sea capaz de elegir aquello que le gusta, la motivación, el esfuerzo realizado, el provecho y el disfrute de esa actividad será mucho mayor. Si les obligamos a tocar un instrumento y nuestr@ hij@ no tiene habilidades musicales será un fracaso y se sentirá frustrado, por tanto, no le estaremos ayudando ni desarrollará sus capacidades. A lo mejor nuestro hijo quiere realizar una extraescolar y no lo tiene claro. Quizás, nosotros que les conocemos mejor, podamos ayudarles y orientarle en su elección, pero si una vez que ha probado esa actividad no le gusta o no es lo que esperaba deberíamos plantearnos si realmente debe continuar con esa actividad.

Lo segundo es que acaban siendo pequeños adultos con jornadas largas e intensas en las que no tienen tiempo de descansar. Viven, y vivimos, estresados. ¡Tan pequeños no! Hasta no hace demasiados años los niños no eran escolarizados hasta los 5 años y la mayoría de ellos volvían a comer a casa. Ahora son pocos los niños que con un año están sin escolarizar y no se quedan al comedor. Pasan largas jornadas fuera de casa, casi más largas que las de los adultos. Los niños necesitan estar con sus padres y  tiempo para el juego libre, el esparcimiento y el aburrimiento. El juego libre está menospreciado, pero es altamente valioso para que afiancen sus aprendizajes (como podíais leer en mi post sobre los DEBERES). Además, a medida que se hacen mayores, necesitan tener tiempo para realizar los deberes y estudiar. Y si no disponen del tiempo adecuado, alargarán su jornada y dormirán menos horas, en detrimento de su descanso, siendo muy necesarias las horas de sueño para afianzar los conocimientos adquiridos a lo largo del día.
Agendas completas. Poco tiempo libre. Horarios familiares difíciles de cuadrar impidiendo la gestión familiar y la conciliación. “Pequeños adultos” estresados. Y adultos más estresados por cargar con su estrés y el de sus hijos.


Yo lo que quiero es que disfruten con las cosas que hagan y si son actividades que realizan en su tiempo libre más. Porque el tiempo libre es el tiempo que tenemos para utilizar en las cosas que son importantes para nosotros.


¿Tus hij@s realizan alguna extraescolar?
¿Cómo vives este tema?


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sábado, 1 de septiembre de 2018

Hello September


septiembre


Ya estamos en septiembre.

Cuesta madrugar y volver a la rutina, pero para mí descansar y haber disfrutado de la familia y de los amigos hace que vuelva llena de energía y con ganas de aprovechar cada cosa que me suceda.

En Caminaré comenzamos septiembre con nuevos propósitos, ideas y proyectos, y con más ganas de aprender de la maternidad, la paternidad, la crianza y la vida.


¡Gracias por acompañarme!




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