A las madres nos entra un poco de angustia cuando
nuestros hijos van a cumplir los seis meses y hay que empezar con la
alimentación complementaria.
Os sorprenderíais al conocer las distintas
pautas de alimentación que tienen en otros países, pero lo más sorprendente es
que en el mismo país haya pautas
diferentes.
Con mi primer hijo tuve que iniciar
la alimentación complementaria en República Dominicana. Como madre primeriza
inexperta, seguí fielmente la pauta que se seguía en mi ciudad, avalada por la
experiencia de mi hermana (madre experimentada y enfermera pediátrica) y alguna
amiga médico de familia. Lo que más me sorprendió es que, según la pauta que yo
tenía en ese momento, yo no debía introducir en la alimentación de mi hijo
legumbres hasta los 13 meses y donde estaba viviendo los niños comían (y
seguirán comiendo toda su vida) arroz con habichuelas desde antes de los 6
meses.
Actualmente los pediatras se están poniendo de acuerdo
en que no es tan importante la edad exacta a la que introduzcamos este o aquel
alimento. La idea de dar unas pautas es para introducir GRADUALMENTE los
alimentos, de uno en uno, para detectar posibles alergias.
Debemos consultar a nuestro
pediatra, tener referencias fiables y, como siempre digo, mucho
sentido común. Porque a veces es para volverse loco y te dan ganas de hacer
una tabla de excel con los meses, los alimentos que introduces cada mes, los
gramos que pones de cada cosa, si lo cocinas o no…Sólo de pensarlo me estreso.
Lo que no debemos de olvidar nunca es
que la comida no sustituye a la leche. La leche (materna o de biberón) es el alimento más
importante en la dieta del bebé durante su primer año de vida. Por tanto,
no debemos quitarle la leche para darle otro alimento.
Con mi primer hijo comparé varias
pautas de introducción de los alimentos, hice la mía propia a la que añadí
prudentemente productos “exóticos” del lugar donde vivía y fielmente hacía sus
tarritos de purés. El Baby Led Weaning (BLW) no formó parte de mis
opciones porque desconocía de su existencia (si queréis saber detalladamente en
qué consiste no dejéis de leer este post). Pero le daba fruta o algún
alimento troceado para que él mismo cogiera con las manos, mordisqueara y
fuera probando distintos alimentos y texturas.
© CAMINARÉ |
Con ninguno de mis tres hijos he hecho BLW a
rajatabla, pero cada uno de ellos ha comido menos purés. Los tres, al año, comían sin problema la comida de los mayores. Para mí ha sido muy útil combinar el BLW con los purés. Por una
parte me aseguraba que introducía alimentos y comía de forma equilibrada, pero
sin agobiarme si un día no le había hecho puré, no comía mucho, comía a deshora
o comíamos fuera de casa. Mi leche siempre estaba preparada y siempre podía
comer de lo que yo comiera. Además, aunque les diera puré, como querían probar
mi comida, les daba. Y tengo la suerte de que siempre han comido muy bien y les
ha gustado probar de todo, aunque no todo les gusta (como a todo el mundo).
Si optáis por llevar a cabo el BLW, no seáis muy estrictos y hagáis de este
proceso algo a defender a toda costa. No es necesario pelear con la madre, la suegra o la guardería. Podemos ser flexibles y dejar que el niño disfrute de los ricos purés que le
hacen las abuelas, pues en las exquisitas dietas de los adultos también
degustamos cremas de lo más apetitosas y suculentas. Lo más adecuado (y
educado) que podemos decir es que si no quiere comérselo todo, no pasa nada,
también hay días que nosotros estamos inapetentes, hay demasiada comida o nos
gusta menos el menú.
La comida siempre debe ser un momento placentero para los mayores y para los pequeños, incluso si les damos purés.
La comida siempre debe ser un momento placentero para los mayores y para los pequeños, incluso si les damos purés.
El mejor consejo que os puedo dar es que no tengáis
prisa y observéis a vuestro hijo como interactúa con la comida. Respetad su
madurez y necesidades. Afrontad la hora de comer como un momento familiar y
relajado y, por qué no divertido.
Y por supuesto, ante las preguntas que os surjan no
dudéis en consultar a vuestro pediatra.
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