Después
de muchos días sin escribir, aquí estoy.
Estas
últimas semanas, en las que hemos estado luchando contra los virus, ha tenido un
significado muy concreto para mí un proverbio africano que dice:
“Para criar a un niño
hace falta una tribu entera”
Por eso,
hoy vuelvo para contaros que
¡Soy
afortunada! ¡Tengo una tribu!
©Pixabay |
Llámalo
tribu, familia ampliada, amigos, compañía o como quieras. Pero esta tribu son
personas concretas, con nombre y apellidos, que están a mi lado, ayudándome y
queriéndome. Algunas las eliges, otras te vienen dadas, algunas están cerca,
otras ahora están lejos, pero en algún momento de mi maternidad, o de mi vida,
han sido muy importantes y siguen siéndolo.
Mi tribu, como madre, está formada principalmente
por mujeres, pero también hay hombres que forman parte de ella (mi marido, mi
padre, mi suegro e incluso amigos). Cada uno tiene una misión en un momento
concreto.
¡Somos un equipo!
Yo distinguiría dos aspectos
de la tribu que se entremezclan:
1. Como red de apoyo concreta y material. Esta tribu está formada por las personas de tu
familia, amigos o personas cercanas. Son aquellos a los que quieres, con los
que estás a gusto, los que te aconsejan y apoyan incondicionalmente (incluso
con algún pero), los que están a las
duras y a las maduras. Son esas personas a las que puedes llamar a cualquier
hora del día (y de la noche) y se presentan en casa para cuidar de los niños para
que tú puedas ir a urgencias con el que está malo, que te traen comida para que
puedas tener todo el día abrazado al que te necesita, que van a buscar al
colegio a los niños para que no tengas que sacar a la calle al que tiene
fiebre, etc. Mientras tú cuidas, a ti te cuidan.
©Pixabay |
Yo tengo la suerte de tener la ayuda incondicional de mi madre. No hay
persona más entregada y desinteresada que ella. Y puedo decir que estas dos
semanas de fiebre, mocos y malestares he tenido la ayuda de familia, amigas y
hasta de vecinas. Y cuando vivía en República Dominicana, lejos de mi familia
carnal, encontré una tribu maravillosa de amigos que se convirtieron en mi
familia y que lo seguirán siendo aunque ahora estén lejos.
Pero vivimos en una sociedad individualista, de personas solitarias e
independientes; y cada vez nos cuesta más pedir ayuda y es más frecuente no
tener cerca a nadie que te pueda echar una mano en un momento determinado. Sin
embargo, no tener ayuda es un problema. Cuando los niños se ponen malos, cuando
tú enfermas, o incluso cuando das a luz y necesitas que te mimen, te cuiden o
se hagan cargo de tus otros hijos por un ratito, estás solo. Y no estamos hechos para estar solos.
2. Como “tribu de madres”, es decir, tener una
compañía con quien expresarte, compartir experiencias, alegrías, preocupaciones,
etc. Y saber que en algunos momentos estar cansada o agobiada es normal.
Antiguamente las madres compartían la crianza con
otras madres. Es bueno y necesario compartir y vivir la experiencia de ser
madre con otras madres de las que puedes aprender y a las que puedes enseñar.
Saber que no estás sola, en la vida y en el camino de la
maternidad, es muy importante.
En cada
lugar en el que vivimos debería haber un espacio donde las madres, los padres,
las familias se pudieran reunir con sus hijos y compartir.
Actualmente
también contamos con los nuevos medios de comunicación que nos permiten conectar
al instante con madres de todo el mundo y sentir muy cerca a gente que está muy
lejos. La tribu virtual también nos nutre y nos acompaña.
Por eso
con este blog quiero hacer tribu.
Tribu de
madres, tribu de familias.
¡Seamos tribu!
¿Tú tienes
una tribu? ¿Quieres ser parte de mi tribu?
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