viernes, 1 de junio de 2018

Qué tienen que ver las vacaciones en familia con el apego y la acogida


Parece que el buen tiempo empieza a saludarnos dejando atrás esta lluviosa primavera. Esto empieza a oler a verano y a ¡vacaciones!

Con tres niños no solemos viajar mucho, no por ganas, sino por tiempo y dinero, pero nos gusta hacer muchos planes en familia y alguna escapadita de vez en cuando. Una cita imprescindible al comienzo del verano es un fin de semana familiar con amigos y una semana en Pirineos en agosto, ambos planes con amigos. Nos juntamos muchas familias con niños pequeños y todos lo pasamos fenomenal haciendo juegos y excursiones organizados por nosotros. Para mi familia no es tan importante el lugar como la compañía. Supongo que esto empieza a tener que ver con el apego, los vínculos afectivos y la acogida….
Pero como he dicho, si pudiéramos viajaríamos mucho más, somos bastante viajeros, tanto que hemos vivido durante 4 años en República Dominicana y hemos viajado mucho, muchísimo, descubriendo cada rincón de ese bello país. Porque conocer otro país, desde dentro, viviendo y conviviendo es la mejor forma de disfrutarlo de verdad.
Por eso, el pasado miércoles 30 de mayo, me animé a asistir a un evento convocado por Madresfera y la plataforma Airbnb. Esta plataforma la conocía levemente por haber buscado en ella posibles alojamientos para el puente de mayo y por amigos que la han usado, me parecía interesante y, de cara al verano y futuras escapadas, quería conocer mejor su funcionamiento.


El lugar escogido para el evento fue un precioso dúplex de diseño de uno de los anfitriones de la plataforma, ubicado en el barrio de las letras de Madrid.
Allí, pudimos escuchar a Giuseppe Iandolo, psicólogo de PSISE (Psicólogos Infantiles Madrid) y profesor de la Universidad Europea de Madrid, que nos dio a conocer los motivos por los que descubrir un lugar en familia a través de Airbnb.
La verdad es que la charla me sorprendió gratamente porque no me esperaba su contenido. Se basó principalmente en la teoría del apego (K. Lorenz, Harlow, Bowlby) que yo como asesora de maternidad, tengo como uno de los pilares de mi formación.
Es fundamental el apego seguro y la calidad del vínculo que los padres creamos con nuestros hijos los primeros años de vida, porque es una necesidad biológica y emocional que hará que nuestros hijos adquieran seguridad, autonomía, y desarrollen toda su capacidad de explorar, porque sabrán cuál es el lugar seguro al que volver. Y este apego que nuestros padres crearon con nosotros, y el que creamos nosotros con nuestros hijos, influye también en nuestra forma de ser como viajeros, en nuestras expectativas y en la forma en la que nos relacionamos con el lugar, las personas y los acontecimientos durante el viaje.



    a) Viajar en familia refuerza el vínculo familiar, tanto con la pareja como con los hijos.

b) La fase de preparación del viaje tiene una gran importancia. Tenemos que hacer partícipes a los hijos también en la preparación, sobre todo cuando comienzan a ser mayores, porque es una forma de desarrollar la imaginación y de comunicar los deseos en familia.

c) La satisfacción del viaje depende de tres cosas:
·  El lugar de destino y la relación de los acompañantes y con los interlocutores ocasionales. Porque la mejor manera de conocer un nuevo lugar y una nueva cultura es viviéndolo como un habitante más, participando en sus costumbres y hábitos diarios, sintiéndose parte de ella. Y en esto estoy totalmente de acuerdo debido a mi experiencia a vivir en otro país, no da igual estar de espectador en las cosas, hay que ser protagonista.
·  La calidad del alojamiento y los servicios del viaje: Durante la estancia, se produce un intercambio socio-cultural entre los anfitriones y los huéspedes. El anfitrión te recibe, te da a conocer el lugar, te orienta en la visita y te dice cosas a tener en cuenta. Si además compartes el alojamiento con el anfitrión la convivencia puede ser todavía más enriquecedora.
También conocimos a Conxa, anfitriona de un alojamiento compartido en Barcelona quien nos contó su experiencia personal y lo que le ha aportado hacerlo a ella y a su hija. Para mi fue otro ejemplo (aunque en este caso tiene un beneficio económico), de el bien que es acoger a otras personas. Yo que conozco muchas familias que, de forma gratuita y desinteresada, acogen a niños o que siempre tienen su casa disponible para hospedar a quien lo necesite, ves que para los primeros que es bueno es para ellos y para todos los que están a su alrededor, es el milagro de la hospitalidad.
Así que esta plataforma nos ofrece la posibilidad de viajar alquilando casas compartidas con sus anfitriones o casas completas ideales para viajar en familia, adaptados a los más pequeños y con todo tipo de comodidades para sentirse como en casa.




¿Quién se anima a probar? Nosotros seguro que sí.


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airbnb


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